Hacer «la nada» siendo turista rural sostenible
Disfrutar de hacer «la nada» siendo turista rural sostenible
Me senté al lado de una fuente, para descansar de un paseo por mi amado Gredos (Avila – Castilla y León) y, cuando el jadeo dejó de ser el sonido predominante, empecé a disfrutar del gorgoteo del agua al caer, del sonido del viento meciendo las copas de los árboles… y en ese entorno, también oía el “estruendo” de los pájaros, vaya, lo que viene siendo disfrutar el momento no hacer nada, o de hacer «la nada» siendo turista rural sostenible.
Pensé: Hacer “la nada” está poco valorado, hoy día se practica poco. Tengo la teoría de que es porque esta “inactividad”, te sitúa frente a ti mismo, tus miedos, tus anhelos, ante la pequeñez tuya frente a la grandeza de la naturaleza. Da vértigo, así que por de forma natural, huyes y tratas de rellenar tus huecos y tus silencios con actividades para no tener que enfrentarte al silencio y a ti mismo. Por experiencia, te aseguro que, pasado este momento, se disfruta mucho de todo lo que sientes, de los sonidos, los olores, la sensación de formar parte de todo lo que te rodea, de la quietud y la calma que te da un entorno rural.
El Modelo de Turismo Generativo
El Modelo de Turismo Generativo, con el cual he trabajado en distintos territorios en la última década, está basado en tres premisas: 1) parto siempre de los recursos naturales, culturales y patrimoniales que tiene el territorio, 2) trabajo con todos los actores: asociaciones, admón. publica, vecinos… y 3) aplico criterios de sostenibilidad turística en todas las actuaciones.
Obviamente, estas tres premisas me permiten crear productos turísticos para ofrecer múltiples actividades a los visitantes, porque es la forma tradicional de atraer a estos turistas amantes del mundo rural que, teóricamente, no puedes atraer sin algo a cambio. Así, he propuesto actividades variopintas como Mercados Navideños, para que los visitantes –sobre todo familias– puedan saciar su necesidad de consumir productos locales, talleres y villancicos; Festivales de Música para atraer un público melómano y que disfruta con la buena música; Festivales del Piorno, poniendo en valor una humilde retama que tiñe de color amarillo las laderas de Gredos todos los años; Ediciones de tapas con todos los empresarios del territorio; Concursos de decoración para conseguir embellecer los pueblos con el gran trabajo de todos los vecinos… paseos, baños de bosque, observación del paisaje… Así, he trabajado en crear y balizar rutas de la Guerra Civil, de Naturaleza, de Esculturas… en fin, todo para atraer visitantes que puedan tener una actividad, algo que hacer, que no paren.
Pregunta: ¿Quieres hacer «la nada» siendo turista rural sostenible?
Pero ¿por qué no atraer a los visitantes a un destino para hacer “la nada»? Siempre me ha tentado proponer a los turistas rurales, no hacer nada. Me parece revolucionario –en estos tiempos que vivimos– proponer que no llenes tu tiempo con actividad concreta, que te dejes llevar por el entorno: sus sonidos, sus olores, sus texturas… y que disfrutes de esos momentos contigo mismo y con la naturaleza. ¿Por qué no vivir intensamente lo que tenemos al lado?: el agua cayendo por caño de una fuente, el devenir del agua por el arroyo, el sonido del viento en las copas de los árboles, el sonido de tus propias pisadas en las cortezas secas del suelo, el tacto del musgo que crece en las piedras… tantas cosas que están ahí y que solo tenemos que discernirlas, disfrutarlas, sentirlas… vivirlas.
¿Te tienta hacer «la nada» siendo turista rural sostenible? Hazlo. En tu próximo viaje de turismo rural, plantéate disfrutar haciendo nada, solo observa y disfruta de todo lo que te rodea y siente que formas parte de todo ese esplendor. Intenta no planificar tantas actividades, piensa en lo que hay en ese lugar y, sencillamente, disfrútalo.
¿Te apuntas a hacer “la nada”? ¿Cómo te sientes cuando te sientas en medio del campo y no tienes nada que hacer? Cuéntamelo, te escucho.
Gracias